miércoles, 7 de abril de 2010

redaccion y ortografia

Redacción y ortografía

LAS REGLAS DE PUNTUACIÓN.


Es más difícil puntuar correctamente que colocar correctamente los ace­ntos, porque si bien las reglas de los primeros son claras y obligato­rias, las de los signos de puntuación son muchas veces optativas: una per­sona colocará una coma donde otro pondría un punto, un punto y coma, o qui­zá nada. Por ello, más que reglas, se debe hablar de recomendaciones en el uso de los signos de puntuación.

Los signos de puntuación intentan suplir en la escritura a la entona­ción y las pausas. Me explico: la misma oración estás acostado puede signi­ficar cosas distintas dependiendo de que tenga la entonación de una pregun­ta, de una afirmación o de una exclamación de sorpresa. Necesitamos dife­ren­ciar estas entonaciones por medio de algún tipo de signo. Lo mismo suce­de con las pausas: una coma puede hacer variar dramáticamente el significa­do de una oración. Se dice que el zar Pedro el Grande tenía unos impresos preparados en los que ponía matar no tener piedad con los que firmaba las penas de muerte o sus conmutaciones. Si quería ejecutar al reo, ponía la coma tras matar: matar, no tener piedad; si por el contrario quería que la pena no fuera llevada a cabo, ponía la coma tras no: matar no, tener pie­dad. Sin llegar a estos extremos de truculencia, pensemos que no es lo mis­mo decir Elena, te llama Juan, que Elena te llama, Juan. La colocación de estos signos es, pues, portadora de un significado, por lo que hay que pen­sar muy seriamente si hay que colocar un signo o no y dónde.

Algo que hay que tener muy en cuenta es que, si bien todo signo de puntua­ción distinto de las comillas implica una pausa en la entonación, no toda pausa debe ser señalada por medio de una coma u otro signo, ya que hay pau­sas en el discurso que son puramente respiratorias, que se hacen inde­pen­dientemente de la puntuación para poder aspirar aire. No se deben esca­timar las comas, pero un uso excesivo de ellas suele resultar agobiante por lo entrecortada que deja la lectura.


Uso de la coma


- Se escribe coma entre palabras o grupos de palabras que van formando una serie y no van unidas por las conjunciones y, o, ni. Es decir, para separar una serie de tres o más sintagmas coordinados entre sí, a ex­cepción del último miembro de la coordinación, que irá encabezado por la conjunción coordinante:

Sólo han votado a favor Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Alema­nia. No han aceptado la propuesta ni España ni Irlanda ni Ita­lia. Es posible que a última hora se adhieran a la moción Gran Breta­ña, Francia, Grecia o Portugal.

- Se escribe coma para separar dos o más ideas diferentes que forman en conjunto una sola oración. Si hay más de dos, la última idea se separará del resto no con una coma, sino con las conjunciones y, o, ni. Separamos ahora no sintagmas, sino oraciones coor­di­na­das, aplicando el mismo criterio que en el apartado anterior (véanse los ejemplos anteriores).

- Se escribe coma para señalar una pausa debida al cambio del orden habi­tual entre los elementos de una oración. Con esta pausa se señala un hipér­baton, que no es otra cosa que la colocación de un complemento fuera de su posición habitual en el sintagma. Hay que colocar una coma entre la ora­ción que indica una circunstancia de tiempo, lugar o modo en que se realiza la acción y el resto de ella, si la circunstancia no va expresada en último lugar. Es un caso más de lo dicho antes: si la subordina­da adverbial no va al fi­nal de la oración compleja, estamos creando un hi­pérbaton que se seña­la por pausa en la entonación y por coma en la escritu­ra.

Obsérvese:

¿Has hablado ya con Bernardo? / Con Bernardo, ¿has hablado ya?
Escuchamos lo que narraba Luis totalmente embobados / Escuchamos, totalmente embobados, lo que narraba Luis.


- Se escribe coma para separar un vocativo del resto de la oración:

Julia, te ha llamado Luis / Julia te ha llamado, Luis.


- También se escribe una coma para separar cualquier complemento explicati­vo de un nombre, sea éste una aposición o una oración de rela­tivo explica­tivas:

Los excursionistas, que estaban cansados, se pararon a descansar

(compárese con

Los excursionistas que estaban cansados se pararon a descansar)


- Por último, se ponen entre comas las expresiones esto es, es decir, por consiguiente, por último, sin embargo, no obstante y otras semejantes que introducen una explicación:


Elena es un poco histérica; no obstante, actuó con una lucidez admi­rable en un momento tan difícil.


El punto y coma


El punto y coma supone una pausa menor que la del punto y más larga que la de la coma. En ocasiones, se usa un punto y coma en casos en que se podría usar un punto o una coma, lo que nos indica lo sutil de su uso.

- Se emplea punto y coma para separar series de elementos dentro de los cuales ya se emplean comas. Es decir, que se usa un punto y coma para sepa­rar diferentes ideas-oración dentro de la cláusula.


- También se usa (de manera alternante con los dos puntos) para separar frases que indican un hecho y su consecuencia. Es una manera de relacionar oraciones yuxtapuestas entre las que se establece una relación de causa-efecto.


- Se puede emplear para separar oraciones que tratan sobre el mismo tema. Seguimos viendo que las relaciones interoracionales dentro de la cláusula se pueden separar con punto y coma.

- Para unir oraciones relacionadas por una conjunción adversativa pero, sin embargo, no obstante. Las relaciones adversativas por coordinación pueden separarse también por punto y coma.

Elena es un poco histérica; no obstante, actuó con una lucidez admi­rable en un momento tan difícil.


Los dos puntos.


Los dos puntos tienen como misión fundamental la de llamar la aten­ción del lector sobre lo que viene a continuación. Representan una pausa fuerte semejante a la del punto. Se usan:

- Antes de una enumeración:

Los principales ríos de la provincia de Madrid son: El Tajo, el Jara­ma, el Alberche y el Henares.

- Ante una cita textual. O lo que es lo mismo, ante la parte literal del estilo directo:

...a lo que don Guillermo respondió: "No me sacaréis de aquí ni a la fuerza"

- Antes de una oración que constituye la confirmación, la conclusión o el resumen de otra que la precede.

...y sufrieron una derrota mayúscula: esta es la consecuencia de su prepo­tente actuación.

- Después del encabezamiento en una carta

Muy señor mío:
Querida Maribel:


El punto


Los signos de puntuación vistos hasta ahora sirven más para unir que para separar. Por el contrario, el punto es siempre un índice de separa­ción: indica el final de una oración, por lo que hay que tener muy presente que no se debe colocar un punto dentro de ella.

Hablamos del punto, pero en realidad hay que distinguir el punto y seguido, el punto y aparte, el punto final y el punto de abreviatura.

Se emplea para separar oraciones dentro del mismo párrafo. El punto y seguido separa las ideas contenidas en cada oración, pero permite mantener la unidad del párrafo. Como ejemplo baste ver la puntuación del presente párrafo.

El punto y aparte sirve para separar párrafos. Cuando se considere que la idea que se va a exponer rompe la continuidad con todas las anterio­res, es necesario cerrar el párrafo con un punto y aparte (v. la primera página de este capítulo).
El uso del punto final indica, simplemente, que el texto ha termi­na­do.
Se utiliza el punto también para indicar que la palabra se ha abre­viado. Es el único uso del punto detrás del cual no hay que poner mayúscu­la. Hay que destacar que las abreviaturas de unidades del sistema métrico decimal no llevan punto, mayúsculas ni -s de plural.

Sres. ('señores'), dcha. ('derecha'), P.C.E. ('Partido Comunista de España'), etc. ('etcétera')
km ('kilómetro' o 'kilómetros'), m ('metro' o 'metros')


Los puntos suspensivos


Son siempre tres puntos que representan una interrupción o pausa lar­ga, indicadora de que la idea ha quedado sin concluir. Ello puede ser debi­do a varias razones:

- Se deja inconclusa la frase porque el lector puede finalizarla:

No, si es lo que digo yo siempre: El que a buen árbol se arrima...

- Para permitir al lector sacar sus propias conclusiones sobre aque­llo que se dice. Resulta así más expresivo lo que se omite que lo que está expreso:

Sí, el nuevo mucho presumir de experto, de perro viejo; pero cuando tuvo que enfrentarse a ello...

- En lugar de la palabra etcétera en las enumeraciones:

El metro de Moscú era un maremágnum de gentes diversas: rusos, ucra­nianos, us­becos, armenios...

- Para dejar en suspenso una frase que luego se completa con una sa­lida inesperada:

Aquello era desesperante: no sabía si recomenzar el trabajo, apagar el ordenador e irme... de repente me di cuenta de que lo único que pasaba era que había desconectado la pantalla.

- En una cita textual, para indicar que se omite algo -en este caso suelen ir entre paréntesis-:

"La cosecha de 1995 ha sido excepcionalmente buena. Tenemos que el trigo (...) ha superado con creces las expectativas..."


Los paréntesis


Sirven para delimitar el principio y el final de un fragmento inter­calado dentro de otra oración, sobre todo cuando tiene carácter explicativo o aclaratorio aquello que se intercala. Suelen usarse en casos como los siguientes:

Carlos Martín ("El Bolo"), ha sido detenido esta mañana en Bui­trago (Madrid), acusado de tres delitos de robo a mano armada. La empresa QUITI­NOSA, de Madrid, ha afirmado que promoverá la acusación particular (dado que los tres robos han tenido lugar en centros de esta empresa)...

Hay que hacer, no obstante, una puntualización: en la actualidad se tiende cada vez menos a usar los paréntesis y en su lugar resulta ya más habitual colocar la raya (—), el guión (-) o la coma. El texto anterior queda más apropiadamente puntuado de la siguiente manera:

Carlos Martín ,"El Bolo", ha sido detenido esta mañana en Bui­tra­go (Ma­drid), acusado de tres delitos de robo a mano armada. La empresa QUITI­NOSA, de Madrid, ha afirmado que promoverá la acusación particular, dado que los tres robos han tenido lugar en centros de esta empresa,...



Los corchetes (o paréntesis cuadrados)



Estos signos son de muy poco uso. Se emplean fundamentalmente cuando en una frase entre paréntesis es necesario intercalar otra también entre parén­tesis:

...resultó agraciado con el Premio Especial de la Crítica en 1992 (año en que también obtuvo el Aguila de Oro en la Mostra Literaria de Roma por su novela El sueño culpable [Seix-Barral, 1992])...

Un uso específico de los corchetes es el que sirve para indicar en textos literarios que el editor introduce un comentario personal, una acla­ración o rellena una laguna:

...y el Conde Arnaldos, el de los rubios rizos, sacó su e[spada de la vai]na...


1.8 La raya (o guión largo)


No se debe confundir la raya (—) con el guión (-), más corto: sus usos son dis­tintos. La raya se utiliza:

- Para sustituir al paréntesis cuando intercalamos una oración dentro de otra.

- (En el diálogo) Para indicar que toma la pa­labra otro interlocutor:

— ¿Y tú qué les has dicho?
— Que no estaba de acuerdo, que me parecía injusto...


El guión


Por su parte, el guión se usa para:

- Separar sílabas de una palabra a final de renglón.
- Separar los dos miembros de una palabra compuesta que no forma uni­dad ( v. capítulo anterior).
- Separar fechas que indican un período: 1953-1998; 15 de diciembre de 1992 - 13 de enero de 1993


Las comillas


Las comillas presentan variantes gráficas: las más habituales son las elevadas (") y las españolas o angulares (« »). Su uso es el mismo:

- Para enmarcar citas literales y frases hechas o refranes:

...y Pepe nos dijo: "Ya no sé qué hacer"
Juan Pedro siempre se juntó con gente interesante por aquello de que "Al que a buen árbol se arrima..."

- Para indicar que una expresión es usada en tono irónico o de broma:

Sí, en tu tienda todo lo que vendes es de "alta calidad"
(luego es de cali­dad pésima).

- Para enmarcar el título de una obra (aunque si se trata de una obra editada independientemente, es más correcto subrayarlo):

Luis Alberto nunca leyó "Crimen y castigo".
(Aunque es preferible Luis Alberto nunca leyó Crimen y castigo. )

- Para escribir palabras extranjeras o incorrectas:

Ten en cuenta que con este "hardware" no puedes sacarle mucho rendi­miento a tu "softwa­re"

Anduve, anduve, hasta que me "cansuve"

Los signos de admiración (¡!)


Se colocan al principio y al final de una palabra, frase u oración que expresa una fuerte emoción (sorpresa, asombro, ira, decisión, etc.):

¡Nunca!
Salió a la carretera sin rumbo fijo y ¡hala, a tragar millas!
¡Siéntate, estúpido!

Los signos de interrogación (¿?)


Enmarcan una pregunta:

Tú no eres de aquí, ¿verdad?
¿Verdad que tú no eres de aquí?

CLASIFICACIÓN DE LAS PALABRAS, SEGÚN SU ACENTO

Agudas, son todas las palabras que se acentúan en la última sílaba.

Graves, son todas las palabras que se acentúan en la penúltima sílaba

Esdrújulas son todas las palabreas que se acentúan en la antepenúltima sílaba.

Las palabras agudas y graves pueden o no llevar tilde; si lo llevan, estaremos frente a un acento ortográfico, dierético o diacrítico; si no está marcada la tilde, el acento es prosódico.

Las palabras esdrújulas siempre llevan tilde, la que puede ser ortográfica, la mayoría de las veces, o dierético, en casos como ha brí amos u otras palabras similares en que la tilde tiene como función evitar el diptongo que se formaría en la sílaba bria de la palabra analizada.

En lo que respecta a las palabras monosilábicas, reiteraremos que siempre son átonas, lo cual es muy lógico, pues, al estar estas palabras constituidas por una sola sílaba, no pueden contrastarse con otra desde el punto de vista fónico. No obstante lo anterior, algunos monosílabos llevan tilde por razones de discriminación funcional. Nos referimos a las palabras homófonas que cumplen gramaticalmente funciones de artículo o pronombre; adjetivo o pronombre; sustantivo pronombre, verbos o adverbios. etc.

Clasificación de palabras según su acento y el tipo de acento que éstas emplean.

Acento prosódico

Palabras agudas: Se acentúan en la última sílaba, cuando terminan en cualquier consonante(menos n ni s). Ej. tem blor, can tar, mo triz, mu jer.

Palabras graves: Se acentúan en la penúltima sílaba, cuando terminan en vocal, en n o en s. Ej. Me sa, ven ta na, re vis ta, aca de mia.

Acento ortográfico

Palabras agudas: Se acentúan en la última sílaba, cuando terminan en vocal, en n o en s, marcando la alteración a la tendencia prosódica grave o paroxitónica del idioma. Ej. Ca fé, se gún, ma ní, altera ción.

Palabras graves: se acentúan en la penúltima sílaba, cuando terminan en consonantes,(menos en n ni en s), marcando así la alteración a la tendencia aguda u oxitónica del idioma. Ej. Cés ped, már mol, ár bol, lá piz.

Palabras esdrújulas: se acentúan en la antepenúltima sílaba, marcando la alteración a la tendencia grave o paroxitónica del idioma. Ej. Diá logos, mú si ca, quí mi ca, fí si ca.

Acento dierético:

Palabras agudas: se acentúan en la última sílaba, tienen terminación libre, marca la alteración a la tendencia diptongal del idioma. Ej. ma íz, pa ís, ba úl, ra íz .

Palabras graves: se acentúan en la penúltima sílaba. Tienen terminación libre; marca la alteración a la tendencia diptongal del idioma. tí o, rí o, sa bí a, ac tú a, Val pa ra í so.

Palabras esdrújulas: se acentúan en la antepenúltima sílaba, esta tilde tiene como función marcar la alteración a la tendencia diptongal del idioma. Ej. sa bí a- mos, co me rí a mos.

Acento diacrítico: Discrimina las palabras homófonas (Igual sonido, pero de diferente significado y función gramatical.

Palabras agudas: se acentúan en la última sílaba, marcando la función gramatical que cumple la palabra en relación con su homófono. "Aquél" pronombre demostrativo; "aquel" adjetivo demostrativo.

Palabras graves: se acentúan en la penúltima sílaba, marcando la función gramatical que cumple la palabra en relación con su homófono. "ésta", pronombre demostrativo; "esta", adjetivo demostrativo.

Palabras monosilábicas: llevan tilde para diferenciar la función de su homófono. Ej. "Tú", pronombre; "tu", adjetivo.

Como una estrategia, se propone fichar todas las palabras de acuerdo a los fenómenos descritos. Por ejemplo:

Ficha Nº 1 Palabras agudas (todas). Reloj, camión, baúl, aquél, ciudad,

Ficha Nº 2 Palabras graves (todas).Casa, césped, río, cuándo, cuando, etc.

Ficha Nº 3 Palabras esdrújulas. Música, sabríamos

Ficha Nº 4 Monosílabos con y sin tilde. Tú, tu, Dios, qué, que, él, el.

Ficha Nº 5 Palabras agudas con acento prosódico. Reloj, ciudad, pared.

Ficha Nº 6 Palabras graves con acento prosódico. Casa, cuando

Ficha Nº 7 Monosílabos sin tilde. Dio, Dios, el, sal, sol, tu, yo, que, si, pan.

Ficha Nº 8 Agudas con acento ortográfico. Camión, café, según, así, París

Ficha Nº 9 Graves con acento ortográfico. Césped, lápiz, álbum.

Ficha Nº 10 esdrújula con acento ortográfico. Música, física, química.

Ficha Nº 11 agudas con acento dierético. Baúl, país, raíz, ahí, maíz

Ficha Nº 12 graves con acento dierético. Valparaíso, sabía, tío, mío, río

Ficha Nº 13 esdrújula con acento dierético. Sabríamos, comíamos

Ficha Nº 14 aguda con acento diacrítico. Aquél, aún.

Ficha Nº 15 grave con acento diacrítico. Cómo, cuándo, dónde, éste, ésta.

Ficha Nº 16 monosílabos con tilde diacrítica. Tú, él, sé, té.

Por último, es conveniente repetir las palabras en las fichas que corresponda, así por ejemplo, la palabra "cómo", tiene que ser fichada en la ficha número dos por el sólo hecho de ser grave, y en la ficha 15 por ser grave con acento diacrítico.


Las clases de palabras

Las palabras de una lengua son muy diversas por su significado, por su constitución y por las funciones que pueden desempeñar. Con ellas podemos formar unas clases o subconjuntos que tradicionalmente se llaman clases de palabras, partes de la oración o categorías gramaticales

Clases de palabras
Criterios de clasificación
Para caracterizar una clase de palabras hay que acudir a tres criterios: El significado, es decir, qué nombran las palabras (acciones, seres u objetos, cualidades...). La forma, es decir, qué constituyentes componen las palabras (raíz, morfemas derivativos, morfemas flexivos...). La...


Los sustantivos
Definición. Palabras que nombran a personas, animales, cosas, sentimientos o ideas. Forma. Varían para indicar cambio de género o de número. Función. Los sustantivos constituyen el núcleo del grupo nominal y, en consecuencia, pueden desempeñar en la oración la función de núcleo del...

El artículo
Definición. Determinante que anuncia la presencia de un sustantivo o de una palabra que se comporta como un sustantivo. Formas del artículo: el, la, lo, los, las.


Los adjetivos calificativos
Definición. Palabras que acompañan al sustantivo especificando o completando su significado. Significado. Nombran propiedades o circunstancias de estado, origen, procedencia... del ser, objeto o idea al que califican. Forma. Pueden variar para mostrar cambio de género y de número....

Los determinativos
Definición. Palabras que pueden desempeñar la función de determinante; pero también pueden realizar la función de núcleo, propia de los sustantivos, o la función de complemento, propia de los adjetivos. Clases: posesivos, demostrativos, numerales, indefinidos, interrogativos y exclamativos....

Los pronombres personales
Definición. Los pronombres personales son palabras que sirven para nombrarnos a nosotros mismos (primera persona), a la persona o personas que nos escuchan (segunda persona) o a los demás seres, objetos o ideas (tercera persona) sin emplear un sustantivo. Función: Sujeto: Vosotros...

Los interrogativos y exclamativos
Los interrogativos y exclamativos son palabras que sirven para introducir una pregunta o una exclamación. Unos funcionan como adjetivos determinativos (¿En qué periódico trabajas?), otros como pronombres (¿Quién eres?) y otros como adverbios (¿Dónde estabas?).

Los relativos
Los relativos son pronombres (quien), adjetivos (cuyo) o adverbios (donde) que sirven de enlace, ya que introducen una proposición sintácticamente dependiente, y, a la vez, desempeñan una función (sujeto, objeto directo, determinante, etc.) en la proposición que introducen.


Los verbos
Definición. Palabras capaces de formar una oración por sí mismas o con la ayuda de un sustantivo. Significado. Expresan acciones, estados o procesos. Forma. Cada verbo admite muchas formas distintas, que son resultado de combinar una raíz y unas desinencias. Las desinencias nos informan...

Los adverbios
Definición. Palabras que complementan o modifican el significado del verbo. Significado. Nombran circunstancias de lugar, de tiempo, de modo o de cantidad, o bien expresan afirmación, negación o duda. Forma. Son palabras invariables. Función: Complemento del verbo: Trabaja...

- Las preposiciones
Definición. Las preposiciones son elementos de enlace que subordinan un sintagma generalmente nominal o una proposición con el verbo en infinitivo. Forma. Las preposiciones son palabras invariables: a, ante, bajo, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin,...

- Las conjunciones
Definición. Las conjunciones son palabras invariables cuya única función es servir de enlace entre palabras, sintagmas o proposiciones. Clases de conjunciones: Conjunciones coordinantes: unen palabras o sintagmas que realizan la misma función sintáctica, o proposiciones que...

- Las interjecciones
Definición. Las interjecciones son palabras que constituyen por sí solas enunciados exclamativos: ¡Eh! ¡Ay! ¡Vaya!.

LA SINTAXIS

La sintaxis es una sub-disciplina de la gramática sumamente importante. Estudia la organización y el orden de las palabras en la oración, así como la relación que se establece entre esas mismas palabras, y la posición que ocupan determinadas palabras especiales.

De entre todos sus cometidos, el que es sin duda el más importante es el estudio de la posición de las palabras y su combinación. La sintaxis, como parte que es de la gramática, establece la manera correcta de formar una oración. Y hay que decir que, de la misma forma que cada idioma tiene su propia gramática, tiene también su propia sintaxis. Por ejemplo, en español toda preposición debe situarse antes de su complemento, sea del tipo que sea. Se tiene que decir en el coche; si dijéramos el coche en estaríamos cometiendo un error gramatical, o sintáctico, en este caso. El castellano, siguiendo el ejemplo anterior, es una lengua preposicional. Por eso a la hora de analizar sintácticamente una oración, suele haber dos tipos de sintagmas no verbales: los sintagmas nominales y los sintagmas preposicionales, que no son más que sintagmas nominales precedidos de una preposición.

Como veníamos diciendo, la combinación de las palabras es otro de los campos fundamentales de la sintaxis. ¿A qué nos referimos al decir esto? Pongamos un ejemplo: en castellano las palabras deben coincidir en género y número, siempre. Podemos decir el niño, la niña, los niños o las niñas, dependiendo de a quién nos refiramos. Pero no podemos decir las niño, ni tampoco el niños, ni mucho manos la niño. Y a esta regla también se apuntan los adjetivos: decimos los niños malos, pero no el niño malos ni las niñas mala.

En cuanto a los verbos, al no tener género sólo tienen que coincidir en número. Así, decimos que el niño comió y que las niñas salieron, no que los niños pensaba ni la niña corretearían. Si el sujeto de la oración es singular, el verbo de la misma debe ser singular. Y si es plural, ha de ser plural, utilicemos el tiempo que sea.

De la misma manera, es la sintaxis la que se ocupa de establecer las formas de uso de algunas formas especiales. Por ejemplo, los infinitivos. Podemos decir que él quiso salir, pero no que él evidenció salir. Determinados verbos admiten tras ellos una forma en infinitivo; otros, no. Y de estas reglas excepcionales también se ocupa la sintaxis.

También los pronombres traen ocupados a quienes se ocupan de estudiar la sintaxis. Es correcto decir la vio, pero no la pegó. Está bien dicho lo leyó y también lo abandonó, pero no podemos decir que lo cayó, ni tampoco lo sonrió.

Así que, como hemos dicho, la labor de la sintaxis es establecer el orden adecuado para que las palabras formen oraciones, y la forma correcta en que estas se combinan para mantener la concordancia. Una labor de fundamental importancia a la hora de construir mensajes comunicativos a través del lenguaje verbal. Si no ordenamos bien las palabras, es posible que nuestro interlocutor no nos entienda, a pesar conocer todos sus significados.

REDUNDANCIA CONCEPTUAL

Valga la redundancia, famosa frase para excusamos de una repetición intrusa que deberían tener a flor de labio los peninsulares cuando para ellos, coloquialmente, es común bajar para abajo y subir para arriba.

Esa repetición innecesaria de vocablos, raíces, conceptos o sonidos que son más evidentes en el lenguaje escrito que en el oral, se llama pleonasmo o redundancia, fenómeno que no es una incorrección gramatical sino una ofensa al buen estilo por causa de la negligencia o la ignorancia.

Se han determinado cuatro formas de redundancia: conceptual, verbal, lógica y fonética. La conceptual puede ser inclusa cuando se expresa un vocablo cuyo concepto está incluido en el significado de una palabra anterior, por ejemplo, hemorragia de sangre, buena ortografía, lapso de tiempo, los abajo suscritos, etc. Puede ser sinonímica específica cuando se utilizan vocablos de igual significado, por ejemplo, yo odio, aborrezco y detesto el crimen. También puede ser sinonímica genérica cuando uno de los vocablos contiene el significado del otro, por ejemplo, vimos un animal grande y enorme.

Asimismo, la redundancia verbal es idéntica por la repetición de palabras, por ejemplo, Pedro tiene una novia en Bogotá y otra novia en Cartagena. O es radical cuando se usan palabras de la misma raíz o familia, por ejemplo, el dicho que tú has dicho que yo he dicho, ese dicho yo no lo he dicho porque si yo lo hubiera dicho que bien estaría el dicho por haberlo dicho yo.

Existe redundancia lógica cuando se usan palabras que aunque no son repetitivas, resultan innecesarias porque se desprenden lógicamente del contexto, por ejemplo, el entierro del cadáver de Abelardo Forero se hizo con gran pompa. Se puso el sombrero en la cabeza y salió.

Finalmente, la redundancia puede ser fonética consonante o asonante cuando se usan palabras consecutivas con terminación idéntica, por ejemplo, la Constitución de la nación dispone una ley de administración que acabe con la corrupción.

No es redundancia viciosa la repetición de artículos, preposiciones (términos formados por una o dos letras) por ser algo inevitable. Se admiten redundancias intrínsecas en dichos consagrados por el uso como: al fin y al cabo, daños y perjuicios, etc.

Este vicio es incómodo al oído o a la lectura de los cultores del idioma, de ahí la tendencia a la corrección inmediata. Recordemos aquel cuento clásico que narra el encuentro de dos amigos, y uno de ellos tiene vendado el dedo pulgar, el otro le pregunta ¿qué tiene ahí?, él le responde que le salió un uñero en la uña; de inmediato el interlocutor le corrige diciéndole que eso es un pleonasmo. Luego se encuentra con otra persona quien le hace la misma pregunta ¿qué tiene ahí? Y él sin dudarlo responde: un pleonasmo.

Barreras SEMANTICAS

Se entiende por tal a todos aquellos factores que impiden la comunicación, deformando el mensaje u obstaculizando el proceso general de aquella.

Pueden ser:

Barreras semánticas Barreras fisiológicas Barreras psicológicas Barreras físicas Barreras administrativas

4.1.1.- Barreras semánticas.

Tienen que ver con el significado de las palabras; cuando no precisamos su sentido, éstas se prestan a diferentes interpretaciones y así el receptor no interpreta lo que dijo el emisor, sino lo que su contexto cultural le indica.

Ej.: Éste sí que es un pesado.

4.1.2.- Barreras fisiológicas.

Impiden emitir o recibir con claridad y precisión un mensaje, debido a los defectos fisiológicos del emisor o del receptor. Tales defectos pueden afectar cualquiera de los sentidos. Ya sea en forma total o parcial.

Ej. Sordera - deficiencias foniátricas (sordomudos)

4.1.3.- Barreras psicológicas.

Hay muchos factores mentales que impiden aceptar o comprender una idea.

Algunos de ellos son:

No tener en cuenta el punto de vista de los demás Sospecha o aversión Preocupación o emociones ajenas al trabajo Timidez Explicaciones insuficientes Sobre valoración de sí mismo

Todos estos factores influyen en la persona que escucha para que acepte o rechace las ideas que le han sido comunicadas. A una persona generalmente es necesario explicarle, convencerla. Observar su actuación y también dejar que ella le hable a usted.

Algunas de las causas que contribuyen a formar barreras psicológicas son:

Alto estatus Poder para emplear o despedir Uso del sarcasmo Actitud despótica Críticas punzantes Uso de conocimientos precisos y detallados Facilidad en el uso del lenguaje Maneras demasiado formales Apariencia física imponente Interrumpir a los demás cuando hablan

4.1.4.- Barreras físicas.

La distancia y el exceso de ruido dificultan la comunicación, así como las interferencias en el radio o en el teléfono. Es preciso tratar de eliminarlas lo más posible.

4.1.5.- Barreras administrativas.

Son las que se originan en estructuras organizacionales inadecuadas, mala planeación y deficiente operación de los canales.

Pueden salvarse mediante:

a) Aclaración anticipada de toda idea, antes de comunicarla.

b) Interés en la retroalimentación, para verificar si el mensaje se recibió bien o no, si la reacción del receptor es la deseada.

c) Especificación de la verdadera finalidad de la información a comunicar.

d) Conocimiento del significado preciso de los conceptos, para eliminar malos entendidos.

e) Utilización del lenguaje sencillo y directo.

f) Empleo de múltiples canales de comunicación, a fin de asegurarse de que la información llegue hasta donde nos hemos propuesto.

g) Aprovechamiento oportuno de las situaciones para transmitir el mensaje, pues las circunstancias emotivas en las que se encuentra el receptor puede alterar el contenido del mensaje.

h) Refuerzo de las palabras con los hechos. Por lo general, este punto se descuida sobremanera.